viernes, 31 de mayo de 2013

Cuento sin memoria

Mírame, escucha
no temas y enjuaga ahora
tus dulces lágrimas de última hora.
No soy miedo ni incertidumbre
tampoco el frío del vacío
Ni siquiera oscuridad fúnebre
soy como el agua fresca de un río.

Pulsera de cuentas
cual rubíes suaves
sobre tus finas muñecas reposan
Pronto volarás cual ave.

Créeme cuando acaricio tus brazos
y te digo que ya sólo queda el descanso
No te espera el frío suelo sino mi regazo
Cálida luz, sueño aterciopelado.
No soy el pantano turbio
ni el fin de la primavera
Soy el jardín eterno, paz serena
Brisa que no aúlla y eterna compañera.

Pulsera de cuentas
cual rubíes suaves
sobre tus finas muñecas reposan
Pronto volarás cual ave.

Y ya no será más imaginación
el eterno anhelo de dormir en libertad
de llorar sin reservas y sonreír en medio del mar.
Cierra esos ojitos, deja que se sequen ya...
suficiente ha llovido, ahora toca cantar.
Yo abriré los ventanales, cielo azul y ancho mar
no habrá más dolor ni historia
sólo un suave despertar.

Pulsera de cuentas
cual rubíes suaves
sobre tus finas muñecas reposan
Pronto volarás cual ave.

Soy tu sangre, que resbala graciosa
río abajo, sin memoria.




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